Cada 12 de octubre, Argentina celebra el Día del Respeto a la Diversidad Cultural, una fecha que invita a reflexionar sobre la riqueza de sus raíces diversas. Antes conocida como el Día de la Raza, esta conmemoración ha evolucionado para honrar a las culturas indígenas que habitaban el territorio mucho antes de la conquista. Es un momento para promover la inclusión y el diálogo entre diferentes tradiciones, fomentando el respeto mutuo en una sociedad multicultural.
La diferencia esencial en su nombre radica en un cambio profundo de perspectiva. En 2010, por decreto presidencial, se modificó de “Día de la Raza” a su forma actual para reconocer el valor de los pueblos originarios y evitar visiones que exaltaban la hegemonía europea. Este ajuste respeta los orígenes indígenas, que fueron ignorados durante siglos, y celebra la diversidad como base de la identidad argentina, promoviendo un mensaje de igualdad y no de superioridad.
Antes de la llegada de Cristóbal Colón en 1492, Argentina era hogar de diversos pueblos originarios con ricas historias. Los guaraníes, en el noreste, vivían en comunidades organizadas alrededor de la agricultura y el trueque, cultivando maíz y yuca mientras mantenían una fuerte conexión espiritual con la naturaleza.

En el noroeste, los diaguitas construyeron aldeas fortificadas y desarrollaron técnicas avanzadas de cerámica e irrigación, resistiendo luego la conquista con valentía.

En la Patagonia, los tehuelches eran nómadas cazadores que recorrían las pampas en busca de guanacos, adaptándose hábilmente al clima extremo con su conocimiento del territorio.

Hoy, este día nos recuerda que honrar estas historias fortalece nuestra nación, invitándonos a valorar la diversidad como un tesoro compartido para un futuro más justo.
