Las Abuelas de Plaza de Mayo alzamos nuestra voz desde el sur del mundo para condenar el genocidio en Gaza, reconocido por agencias de la ONU, organizaciones de derechos humanos y académicos. No basta con el reconocimiento oficial; es imperativo asumir una responsabilidad ética colectiva y gritar basta ante la barbarie que sufre el pueblo palestino.

El horror en Gaza se traduce en más de 60 mil muertos, un tercio de ellos niños, miles de desaparecidos, cientos de miles de heridos y casi dos millones de desplazados. Las Abuelas de Plaza de Mayo repudiamos esta tragedia que conmueve la conciencia moral y vulnera el derecho a la vida y la dignidad de todas las personas, sin distinción de credo, etnia o nacionalidad.
La destrucción sistemática, el hambre usado como arma, las torturas, detenciones arbitrarias y la violación de resoluciones de la ONU evidencian un genocidio a la vista de todos.

Frente a la posibilidad de que Benjamin Netanyahu, con una orden de arresto de la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra, visite Argentina, expresamos nuestro más absoluto repudio. No queremos a un genocida en nuestro país ni que sea recibido con honores. Nos solidarizamos con las víctimas y quienes arriesgan sus vidas para aliviar el sufrimiento en Gaza.

Como Abuelas de Plaza de Mayo, nos hermanamos con la familia humana que reclama justicia, el respeto al derecho internacional, el ingreso de ayuda humanitaria y el reconocimiento del Estado Palestino. Negar el genocidio es una afrenta a la razón, y pronunciarse contra él no puede ser un delito. Sumamos nuestra voz para decir: ¡basta de silencio, basta de indiferencia!