El gobierno de Javier Milei ha celebrado el superávit fiscal alcanzado en 2024 como un logro histórico, el primero desde 2008. Según datos oficiales, el superávit primario alcanzó el 1,8% del PBI, y el financiero, el 0,3% del PBI. Este resultado se logró con fuertes recortes en el gasto público, como la suspensión de obras públicas, la reducción de subsidios y el ajuste en jubilaciones. Sin embargo, este “éxito” fiscal merece un análisis más profundo, ya que podría no ser tan sólido como se presenta.
El superávit fiscal que proclama el gobierno no incluye los intereses de los numerosos préstamos que Argentina ha solicitado a bancos y organismos internacionales. Por ejemplo, el país debe más de 40.000 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional (FMI) y ha pedido recientemente otros 20.000 millones. Estos intereses, que representan una carga significativa, no se contabilizan en el superávit financiero anunciado, lo que da una imagen distorsionada de las finanzas públicas.

Además, el ajuste fiscal ha tenido un costo social elevado. Los recortes en pensiones, salarios públicos y programas sociales han afectado a millones de argentinos, aumentando la pobreza en algunos sectores, a pesar de que el gobierno asegura haber sacado a 11 millones de personas de esta situación. La recesión en los primeros meses del año muestran que el superávit se logró a expensas de la calidad de vida de muchos.

La estrategia de Milei también incluyó emitir nueva deuda en pesos y estabilizar la deuda en dólares, lo que redujo la deuda consolidada en un 3,4%. Sin embargo, al no considerar los intereses de los préstamos, el superávit es más una maniobra contable que un reflejo de una economía saludable. Esto pone en duda la sostenibilidad de esta política fiscal a largo plazo.

Aunque el gobierno de Milei destaque el superávit fiscal como un triunfo, este no cuenta toda la historia. Al ignorar los intereses de los préstamos y priorizar el ajuste, el superávit puede ser más una ilusión que una solución real para los problemas económicos de Argentina.