La deuda capitalizable en Argentina es un tipo de préstamo que el gobierno toma, donde los intereses no se pagan de inmediato, sino que se suman al monto principal de la deuda. Esto significa que la deuda crece con el tiempo, como una bola de nieve. El gobierno usa instrumentos como bonos especiales para esto, y no lo cuenta como gasto corriente.

Cuando el gobierno anuncia un superávit fiscal, dice que gasta menos de lo que ingresa. Pero esto no incluye los intereses de esa deuda capitalizable. Si se sumaran esos intereses, el resultado sería un déficit fiscal, no un superávit. Por eso, muchos expertos dicen que el superávit es falso.

En el primer semestre de 2025, los intereses capitalizados llegaron a 30,1 billones de pesos, lo que transforma el supuesto superávit en un gran déficit de 27 billones de pesos. Esto muestra que el gobierno acumula más deuda en lugar de equilibrar las cuentas.
Estos intereses superan lo que se gasta en jubilaciones y pensiones. Por ejemplo, en junio de 2025, los intereses fueron de 6,3 billones de pesos, mientras que las jubilaciones recibieron 6,2

Con sólo un cuarto de la deuda capitalizable de 2025, el gobierno podría haber financiado el aumento a los jubilados que el presidente Milei vetó, demostrando que los recursos existían, pero se priorizaron otros destinos, como el pago de deuda o la reducción de retenciones al agro.