El ANMAT, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica, es el organismo en Argentina que cuida lo que comemos y los remedios que tomamos. Su tarea es asegurarse de que todo sea seguro y de buena calidad. Sin este guardián de la salud, los riesgos para los argentinos serían enormes.

El ANMAT revisa cada medicamento antes de que llegue a las farmacias. Se asegura de que sea efectivo y no cause daño. También controla que las fábricas cumplan normas estrictas y que no haya remedios falsos. Así, las familias pueden confiar en lo que usan para curarse.

Con los alimentos, el ANMAT hace un trabajo parecido. Vigila que no estén contaminados, revisa etiquetas y comprueba que los productos sean aptos para consumir. Esto evita intoxicaciones o problemas graves, especialmente en niños y personas vulnerables. Su labor es clave para comer sin miedo.
Lamentablemente, el gobierno de Milei está reduciendo los fondos del ANMAT. Sin recursos suficientes, el organismo no puede funcionar bien. Hay menos inspecciones, menos controles y más riesgos de que productos peligrosos lleguen a la gente. Esto pone en jaque la salud de todos.

Si el ANMAT no tiene presupuesto, no puede protegernos. Medicamentos falsos, alimentos contaminados o dispositivos médicos defectuosos podrían circular libremente. Esto amenaza vidas y puede generar crisis sanitarias. Es urgente que el gobierno revierta este desfinanciamiento para cuidarnos y garantizar el derecho a la protección por parte del Estado a todos los argentinos.