Nuevamente nos embarcamos en un paseo cultural, pero esta vez, bien cerquita de casa. A unas pocas cuadras de la estación de Morón, visitamos la 9° feria de la historieta.
Este sábado, el Paseo de las Artes fue escenario de una nueva edición de la Feria de la Historieta de Morón, que ya va por su noveno año y no deja de crecer. El evento reunió a centenares de personas entre stands, charlas, ilustraciones en vivo y mucho entusiasmo por las historietas, tanto clásicas como contemporáneas.

Entre las mesas se encontraban títulos consagrados como Dago, Nippur de Lagash y El Eternauta, que siguen cautivando a nuevos lectores. A su lado, fanzines y cómics independientes ofrecían propuestas frescas que demuestran que el medio está más vivo que nunca. El cruce entre generaciones era palpable: padres compartiendo recuerdos con sus hijos, jóvenes descubriendo autores nuevos y dibujantes dialogando con su público. En una confesion personal, no pude evitar comprar un comic de Dago redibujado para mi padre. Hombre que, como a muchos, me inculcó la cultura de la buena historieta.
Uno de los momentos más destacados fue ver a los artistas trabajando en vivo. Con lápiz, tinta y papel, hacían retratos personalizados y caricaturas en el momento, lo que generaba un contacto cercano y emocionante entre creador y visitante. También hubo un buffet solidario con precios muy accesibles, lo que completó el ambiente de comunidad barrial que caracteriza al evento.

Uno de los espacios que más me sorprendió fue el stand dedicado a los superhéroes argentinos. Allí conocí a personajes como Connor y Parka, creaciones nacionales que combinan acción, identidad local y compromiso con el entorno. En un mundo dominado por los superhéroes extranjeros, fue refrescante ver propuestas con sello propio, que apuestan por contar nuestras historias con capa y antifaz.
La Feria de la Historieta de Morón volvió a ser un espacio de encuentro, celebración e imaginación. Entre tinta y papel, se sigue construyendo una comunidad lectora que valora el arte, la memoria y la creación colectiva.